El fracaso: un peldaño hacia el éxito
Éxito o fracaso… El éxito en el trabajo viene determinado por la personalidad y la actitud de una persona hacia el trabajo. ¿Es capaz de seguir adelante a pesar de los errores cometidos o prefiere continuar con la introspección y la reflexión sobre lo que salió mal, dónde, cómo y por qué? Si es capaz de perseverar y aguantar durante algún tiempo, le irá mejor y, finalmente, el éxito será inevitable. El secreto para ser eficaz es, pues, seguir adelante en lugar de rumiar lo que podría haber sido.
Ser racional y no emocional es importante, ya que sólo eso hace prevalecer el sentido común. Todo el mundo no puede estar en lo cierto todo el tiempo, y los signos de una persona madura son aquellos que son capaces de aceptar el fracaso con el mismo paso que el éxito. La emoción es un sentimiento que va en detrimento del éxito, la capacidad de aceptar las cosas con calma es la clave.
Pero es difícil encontrar a demasiadas personas que tengan la capacidad de tratar el éxito y el fracaso con la misma calma. La mayoría de la gente se vuelve loca si el fracaso aparece. Se produce una reacción en cadena y comienza el juego de las culpas. Un mal resultado y se culpa a alguien. Un trimestre de bajos beneficios significa que alguien debe perder su trabajo. Esto no está justificado ni es correcto. En cualquier organización, cada acción o resultado es la culminación de una serie de intentos y acciones, de las cuales algunas tienen éxito y otras no. El camino a seguir es ver lo que ha funcionado y revisar la lista de pasos positivos dados, lo que no ha funcionado y detallar los que han fracasado para que no se repitan. Después de esto, decida cómo proceder. Si en este momento se inicia el juego de las culpas por lo que ha fallado, la tarea que queda por delante se hace más dura, se retrasa y se distorsiona.
Esta metodología es válida para las situaciones de la vida real, para las empresas y para las relaciones. Todo debe medirse y evaluarse, pero de forma imparcial, sin emociones y sin señalar de quién ha sido la culpa. Una decisión tomada con un enfoque imparcial suele ser la más sensata.
Los aspectos positivos que han funcionado
Es una buena idea hacer una lista de los intentos y acciones exitosas que dieron sus frutos, y que podrían repetirse y que fueron responsables de la creación de la excelencia. Reconocerlos es reconfortante y ayuda a crear confianza y conduce a una mayor autoestima. Centrarse en lo que ha funcionado es un paso positivo que genera energía positiva. Celebrar las iniciativas exitosas de uno mismo y de los demás es un buen método para dar impulso a la búsqueda de soluciones. Este tipo de enfoque conduce inevitablemente a resultados positivos.
Los pasos que no tuvieron éxito
Aunque no es mala idea repasar los fracasos del pasado para averiguar qué salió mal, qué factores llevaron al error y cómo se podría haber evitado, no es necesario indagar en quién lo cometió. En la mayoría de los casos, es la deficiencia del sistema la que conduce al fracaso y no un individuo en particular. Un mejor apoyo, un enfoque consciente y unos esfuerzos de mejora de la calidad pueden conducir a la reducción del alcance de los errores.
La historia demuestra que muchas cosas se han creado después de que el primer y el segundo intento hayan fracasado. Si esos intentos anteriores hubieran tenido éxito, esas creaciones e inventos quizá nunca hubieran tenido lugar. Por lo tanto, el fracaso debe considerarse como un peldaño hacia el éxito.
Sigamos adelante
El pasado está muerto y se ha ido, y con él los errores, las equivocaciones y los fracasos. Es mejor seguir adelante, decidir un plan para el futuro, desarrollar estrategias después de aprender de los errores en lugar de estar molesto por ellos. Dormirse en los laureles de los logros pasados durante demasiado tiempo también conducirá a la autocomplacencia. El lema del Cuerpo de Marines de EE.UU. – Olvídalo, sigue adelante, debería ser el principio a adoptar, y aprender de cada experiencia.
La planificación del siguiente paso desplaza la atención del pasado hacia el futuro y se rompe el hechizo negativo. Es una buena idea involucrar a todo el mundo en la elaboración de un plan de acción para el futuro, de forma objetiva, imparcial y dando la misma oportunidad a todos. Las oportunidades para crear la excelencia están ligadas a una combinación de éxitos y fracasos, y todas las empresas de éxito se han enfrentado a problemas, contratiempos y errores y, sin embargo, han triunfado finalmente. ¿Por qué? Porque decidieron simplemente ignorar los errores y seguir adelante.